Si las miradas que dedica Mario Casas a los espejos que se cruzan en su camino se las dirigiera a una fan, de seguro ella se rompería en mil pedazos. Entorna los ojos, saca morritos y se atusa el pelo. A sus 29 años, el actor es un galán de libro y lo sabe, y, además, 2015 ha sido su año. Los cines se han llenado en los últimos meses de películas que llevan su nombre. Incluso ha protagonizado uno de los grandes cambios de la temporada al interpretar a una joven estrella de la música latina —con abundante mata de pelo rubio incluida— en Mi gran noche, película de Álex de la Iglesia con quien el actor gallego ya trabajó en Las brujas de Zugarramurdi (2013).
El ascenso del intérprete parece imparable, tanto que este año no se ha conformado con compartir reparto con el mismísimo Raphael, también protagoniza cartel junto a Antonio Banderas, con quien debutó en el cine con El camino de los ingleses (2006), película dirigida por el actor malagueño. Ambos reviven en Los 33 la tragedia de los mineros chilenos que se quedaron atrapados 70 días bajo tierra en 2010, que se estrenará en España este enero.
Sobre su vida sentimental también se han escrito muchas líneas en 2015. ¿La culpable? Berta Vázquez (Kiev, 1992), compañera de reparto y nueva novia del intérprete. Se conocieron durante el rodaje de Palmeras en la nieve, superproducción recién estrenada dirigida por Fernando González Molina. Una cinta en la que dan alas a una historia de amor salvaje, a una pasión prohibida, que nace en Bioko, territorio que formó parte de la Guinea Española hasta 1968. “Kilian y Bisila son dos personajes que llegan a emocionar. Hacen que te los creas y que vivas esa historia de amor como si fuera tuya”, explica el actor. Tanto se metieron ambos en el papel que acabaron enamorados hasta el tuétano. Casas había dejado atrás su relación de cuatro años con la también actriz María Valverde (Madrid, 1987) e inició un 2014 nuevo idilio con Vázquez (que este año ha triunfado en televisión con Vis a Vis, la serie de Antena3 que ganó este año el premio Ondas por el trabajo de todo su reparto femenino).
La complicidad entre la pareja es evidente. Han tardado en dejarse ver juntos en público, pero ya no se esconden de las cámaras —quizá provocado por el estreno de su película conjunta—. Parecen estar en esa fase dulce en la que más que hablar se susurran al oído y en la que se lo dicen todo con una mirada. “Mario es una persona muy estable. Tiene su dirección muy clara y tiene mucha fuerza para seguir y seguir en su camino. Me parece muy noble y muy leal”, se deshace en halagos ella. Él tampoco se queda corto al describirla. “Es una persona limpia que intenta ir por la vida sin hacer daño a nadie, que es de las cosas que más aprecio. Me parece una persona sana”, sentencia. ¿Algún defecto? Ninguno. “No creo que tenga nada malo. Yo las cosas malas en los demás no las veo, las veo en lo mío”, bromea el actor, al que en 2016 le esperan tres estrenos.
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