viernes, 30 de octubre de 2015

El ABC entrevista a Mario Casas

Mario Casas es de esos actores que arrastran una fobia que popularizó Marlon Brando: no se soporta a sí mismo en pantalla. «No soy capaz de verme. Si veo las películas en las que salgo es porque tengo que verla, pero lo evito», explica. Esta vez le ha costado aún más enfrentarse a su reflejo, porque en «Mi gran noche» interpreta a Adanne, una estrella del pop de pelucón oxigenado y apretados pantalones de cuero. «Mis amigos, cuando vieron las imágenes que circulaban por internet con mis pintas, me decían: «estás para darte una hostia» y se reían de mí», recuerda.


Algo que él también ha hecho, especialmente al verse ejecutando las coreografías que exigía el personaje y que solventó gracias a la asesoría de Poty Castillo, que le ayudó con sus dos pies izquierdos. «La comedia está en la esencia del personaje, no en subirse a un escenario y hacer el payaso. Tienes que creer que este tío baila, que las fans se mueven locas», aunque aclara que poco tiene que ver con el fenómeno fan que él vive en sus carnes. «Yo desde pequeño he sido muy payaso en el colegio, imitando a Cruz y Raya o Los Morancos, pero esto es otra cosa. Creo que la comedia es mucho más fina que el drama o los thrillers, porque la línea es mucho más delgada. Es mucho más fácil hacer reír y que hacer llorar», dice.

«Mejores actores cómicos que dramáticos»

Casas defiende el género con uñas y dientes, así como el papel del director Álex de la Iglesia: «Estoy encantado de que después de 'Ocho apellidos vascos' vuelvan otra vez todas estas grandes comedias, porque hay muy buenos directores que las hacen, y mejores actores cómicos que dramáticos. Lo que me ha permitido Álex con esta película es construir un personaje, no hacer una imitación burda de un cantante como Bisbal, ni un tío que solo le pone una peluca y sale a bailar. Está todo más pensado. Álex me ha dejado que se me fuera la olla, porque sabe tocar las teclas para que funcione», defiende.

Casas, consciente de que aún tiene más camino por delante que por detrás, se confiesa lleno de ambiciones: «Me encantaría hacer un 'Magic Mike' porque me parece maravilloso reírse de uno mismo y de los hombres. Me tiro de cabeza siempre que confíe en el director, que es lo que he hecho hasta ahora. Haría un 'American Psycho', un trabajo de composición que no tenga nada que ver conmigo», apunta.

Aunque su gran deseo tiene nombre propio: «Sueño con que me llame Almodóvar o Amenábar, aunque sea para un cásting», explica. «Me puedo dar una hostia enorme y a lo mejor no me vuelven a llamar, pero en eso estoy, siempre avanzando para que se vea a un Mario más adulto», concluye.

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