La emotiva película del director Marcelo Piñeyro habla de la esperanza y las segundas oportunidades. Mario Casas es el protagonista de esta historia entre un padre y un hijo desconocidos que conquistará los corazones de los espectadores a partir del 25 de diciembre.
Ismael (Larsson Do Amaral), es un niño de 10 años de madre africana que un buen día se fuga de casa para conocer a su padre, Félix Ambrós (Mario Casas). El pequeño viaja de Madrid a Barcelona con una única referencia sobre el paradero de su padre: una nota que él le escribió a su madre y en la que figura una dirección postal. Al llegar a la casa, Ismael cautivará a su abuela (Belén Rueda) quien decide ayudarle en el encuentro con su padre biológico. Así, y sin saberlo, Ismael no sólo descubre a su padre su existencia sino que le ayuda a reconciliarse con sus viejos fantasmas. Un filme verdaderamente emotivo.
- ¿Qué ha significado Ismael en tu carrera profesional?
- Para mí conocer a Marcelo Piñeyro, ha sido un regalo. Es un hombre maravilloso y un director de grandes películas. Que haya confiado en mí para este trabajo es un orgullo muy grande. El personaje es complicado ya que con él van incorporados muchos conflictos emocionales. Y, además, sufre de cojera.
- ¿Cómo preparaste tu papel?
- Empecé a prepararlo dos meses antes del rodaje con Belén y el niño. Marcelo quería crear situaciones previas. Nos juntábamos para improvisar situaciones que les I habían ocurrido a los personajes previamente al momento del guión con tal de que comprendiéramos mejor el pasado de nuestros papeles. Dos semanas antes empezamos con el texto.
- Félix es cojo debido a un accidente. ¿Cómo llevaste el tema de la cojera?
- Me pusieron en contacto con un chico que había tenido un accidente de moto y sufría también de cojera. Él me contó su historia. Al mismo tiempo, trabajé con un médico y, durante dos semanas, llevé una prótesis en la rodilla que me bloqueaba la pierna. Eso me ayudó a sentir la inmovilidad de una persona con esa lesión real. La quise llevar durante la película, pero se veía debajo del pantalón y no pudo ser.
- ¿Qué tal es compartir reparto con Belén Rueda, una actriz que admiras desde pequeño?
- Siempre la había seguido, desde Médico de Familia. Y después de todo lo que ha logrado en su carrera es todo un referente. Pese a todo, me he encontrado a una persona muy buena, trabajadora, simpática, emotiva… Belén es energía buena que ayuda a quien le rodea.
- Hay frases preciosas en el guión, como la que le dice Ismael a Félix: ‘Te voy a enseñar a ser padre’. ¿Te acuerdas de alguna en especial?
- Yo me quedo con muchas del libro de Moby-Dick que mi personaje le narra a su amor, la madre de Ismael. Antes de empezar una película me suelo documentar de todo lo que ella sucede y en este filme aparece este libro. Me lo leí entero y hay frases que se me han quedado grabadas. Creo
que es muy bonito.
- En Ismael se habla del amor incondicional y las segundas oportunidades. ¿Qué opinas tú?
Me parecen ley de vida. Las segundas oportunidades existen y mucha gente las espera.
- ¿Qué sentimientos despertará en el espectador?
- Una ternura alucinante que se siente desde el principio sólo con mirar a los ojos de Larsson. También convive en el filme el sentimiento desgarrador del amor imposible, con el que seguro muchos van a sentirse identificados. En definitiva, la película narra situaciones que se dan en las relaciones diarias.
- ¿Cuál sería el mensaje final?
- Tiene muchos mensajes, depende de los personajes. Para mí es una película sobre la esperanza.
- Describe Ismael, la película, con una frase:
- Te coge el corazón y no te lo suelta.
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