Llevaban juntos un año y medio y parece que su relación se ha terminado. Todo indica que María Valverde se ha trasladado a un ático en Madrid para vivir sola según han publicado medios como la revista QMD! Y que, por tanto, la historia de amor con Mario Casas ha llegado a su fin. “Yo estoy feliz y eso es lo que importa” dijo ella estos días cuando le preguntaron por la relación en los premios Cosmopolitan. Lo cierto es que Casas y Valverde han sido una de las parejas más guapas y carismáticas del cine español del siglo XXI y un símbolo para las muchas adolescentes que vivieron en carne propia el romance real y ficticio de Tres metros sobre el cielo.
Detrás de la ruptura parece que está la apretada agenda de ambos, que han llevado a la actriz a rodar en Hollywood su próxima película, titulada Broken Horses. Él, por su parte, presentó hace unos días la nueva temporada de El Barco y, más que una promesa, se ha convertido en una realidad dentro del cine español con películas como Grupo 7 o Carne de Neón que nunca defraudan en taquilla. Ante la sempiterna crisis del cine en nuestro país los números no han dejado de demostrar que Casas es un valor seguro en taquilla por mucho que los críticos sigan sin entender el ‘tufillo’ Brando que desprende el joven.
Desde luego, a ninguno de los dos les falta el trabajo y puede que ese haya sido el detonante de una ruptura que puede hacer felices a unas fans que se derriten a cada paso que Casas da.
Un romance nacido al calor de los focos
Fue en 2010 cuando comenzó el rodaje de A tres metros sobre el cielo, la adaptación de una popular novela adolescente por parte del escritor italiano Federico Moccia. Él era Hache, un chico rebelde que acaba enamorándose de la niña pija que encarnaba Valverde. En las ruedas de prensa que siguieron a aquel rodaje ya se podía avistar algo especial: los coqueteos típicos de una pareja que va más allá de la ficción.
Hubo un segundo rodaje de una película sobre la Guerra Civil que protagonizó la pareja. La cinta La Mula, maldita desde su misma concepción y aún pendiente de estreno, contó otra vez con su química especial. Era inevitable que acabasen reconociendo el romance cuando todos los paparazzi se lanzaron a captar fotografías de los dos jóvenes actores juntos.
Así acabó ocurriendo en 2011. No hubo ningún tipo de comunicado ni comentario oficial pero la señal era inequívoca: aparecían juntos por doquier sin ningún temor a que les fotografiasen de la mano o o dándose un beso. Se sucedieron las vacaciones juntos y declaraciones sin ningún tipo de reparo en las entrevistas en las que les tocaba promocionar alguna de sus películas.
Él no dejaba de definirla como “una persona magnífica” ante los medios y reconocía su valía como actriz. Todo ocurría durante la promoción de Tengo ganas de ti, la esperadísima secuela de Tres metros… Los productores de la cinta debían de frotarse las manos. Que les pregunten a los productores de Cleopatra lo que debieron sentir cuando Elizabeth Taylor y Richard Burton se enamoraron rodando aquella película.
Salvando las distancias, el romance real de Casas y Valverde no ha hecho sino alimentar el morbo por las adaptaciones de los libros de Moccia. Ahora que la ruptura parece confirmarse, parece claro que muchos van a echar de menos ver junta a esta pareja de guapos y jóvenes que, en parte, son responsables de que el fenómeno fan tan necesario para el cine español, haya resurgido con más fuerza que nunca.
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