lunes, 20 de agosto de 2012

Mario Casas es portada de El Periódico del Verano


Es el actor de moda del cine español. Joven, guapo y protagonista de algunas de las películas más taquilleras de los últimos tiempos. La última, 'Tengo ganas de ti', estrenada el pasado 22 de junio, supera los 12 millones de euros de recaudación en taquilla y arrasa hasta en Rusia. Pero Mario Casas no solo es una cara bonita, también es un profesional comprometido que se rebela contra la crisis económica.

"Están destruyendo la cultura. Mucha gente se está quedando sin trabajo, no solo actores. [...] No nos merecemos esto. En España se hace buen cine. Tenemos mucho talento", explica a EL PERIÓDICO en una entrevista exclusiva.

"Soy afortunado porque trabajo y, además, hago lo que me gusta. No me puedo quejar", reconoce, pero no dudaría en salir a la calle a protestar al igual que han hecho otros compañeros de profesión como Javier Bardem, al que admira.

"Si llegara el momento en que me tuviera que poner detrás de una pancarta, pues me pondría", añade. Incluso plantaría cara al ministro de Hacienda: "A [Cristóbal] Montoro le diría que hay que relajarse un poco", afirma.



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Entrevista completa


Aparece Mario Casas (A Coruña, 1986) en la sede madrileña de la Academia de Cine, con retraso y cara de sueño. Se lanza a un café con leche algo tibio y un vaso de agua helada. Agradece tanto la cafeína y el aire acondicionado que, entre sonrisas, admite que este año se hará [por fin] miembro de la Academia. Le sonroja confesar que todavía no ha tramitado el papeleo para serlo.

-¿Cuál es la última película que ha visto?

-El caballero oscuro. La leyenda renace. En versión original. Sesión de las doce de la noche en Kinépolis. Soy fan de Nolan.

-Kinépolis. ¿Pasa despapercibido en un sitio así?

-Sí, bueno, al final me da igual. Eso de entrar en una sala, comprar la coca-cola y las palomitas… Disfruto mucho ese momento, uno de los más bonitos de mi vida.

-A partir de septiembre ir al cine será más caro por la subida del IVA.

-Todo el mundo tiene que ganar dinero, pero esperemos que los exhibidores nos puedan echar una mano. Ojalá. De esa manera el precio podría ser solo un pelín más que el de ahora. Una copa te cuesta 12 euros…

-Y nadie se queja. Parece que el cine es lo único caro.

-También se quejan de las copas.

-¿Sí?

-Sí, mi hermana tiene un garito y lo sé. La gente protesta. Pero, en cualquier caso, yo voy a seguir yendo al cine. Y hay mucha gente que lo va a seguir haciendo. Tienen una educación y una cultura… Aunque, claro, la asistencia bajará.

-Si tuviera delante al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ¿qué le diría?

-Que hay que relajarse un poco. Me parece que si hay que subir el IVA, pues que afecte a todos los sectores por igual. Pero es que subirlo tanto en la cultura… No se nos está respetando. Están destruyendo la cultura. Se van a cerrar cines. Mucha gente se está quedando sin trabajo. Y otros se quedarán sin él. No solo actores, sino en todos los trabajos. Además, los cines no recaudan tanto… Y las subvenciones no son como se dice. Se van a cargar la industria. Si hay que subir, pues se sube. Pero subamos todo por igual, un puntito o medio puntito. No nos merecemos esto. En España se hace buen cine. Tenemos mucho talento.

-Muchos dirán que todo está muy mal, no solo el cine.

-Ya, ya. Da lástima y miedo. Lógicamente, por egoísmo, cada uno se queja de lo suyo. Pero, hostia, está muy mal todo. En mi familia hay muchos que se han buscado el pan en la construcción y en otro tipo de trabajos y todo el mundo está igual. No hay que mirarse el ombligo. Lo que tenemos que hacer es apoyarnos, tratar de que todo se solucione de alguna manera. No sé qué manera, claro.

-El 19 de julio hubo una manifestación frente al Ministerio de Cultura para protestar por la subida del IVA y los recortes. No le vimos allí.

-Tenía trabajo, era mi último día en El barco [serie de Antena 3 TV].

-¿Habría ido, de tener la tarde libre?

-Pues a lo mejor. Pero quizá no me hubiera metido en la manifestación del ministerio sino en la del mogollón, con toda la gente.

-La de los sindicatos. Pero todos los manifestantes en Cultura, como los Bardem, luego se unieron a esa protesta general.

-Ya, lo respeto. Están luchando por algo que es nuestro. Pero tenía compañeros que en vez de a esa manifestación fueron directamente a la de los sindicatos, ahí estaba todo el mundo. No sé. A lo mejor habría ido a esa. Yo estoy al tanto y sé que tenemos que pelear todos, pero, no sé, es complicado meterse en un bulto de gente.

-Claustrofobia y calor aparte, ¿se ve capaz de ponerse detrás de una pancarta?

-Soy afortunado porque trabajo y, además, lo hago en lo que me gusta. No me puedo quejar. Tengo que ir con pies de plomo. Tengo familia que no trabaja en el sector cultural y la crisis les está afectando muchísimo. Si llegara el momento en que me tuviera que poner detrás de una pancarta, pues me pondría. Me pondría como cualquiera que quisiera luchar por una causa o por su gente o por algo bueno. Ahora lo más importe es la gente que se está quedando sin casa. Gente que no tiene un duro para llegar a fin de mes, gente con hijos… Eso es lo triste. Yo observo, leo y me empapo. Pero no sé cuál es la solución. Espero que haya algo, una unión que nos lleve adelante y se forme un grupo, una unidad.

-Un pacto de Estado.

-Una unidad que nos una a todos los españoles para ir hacia delante.

-«No sé qué ha pasado en este país para que Rafa Nadal sea un héroe y Javier Bardem un canalla». Lo dice Enrique Urbizu.

-Puede ser. Bardem reivindica, habla, grita y protesta. Y Nadal y Casillas son gente que se queda en otro sitio. O saldrán si algún día lo tienen que hacer.

-O no.

-O no. O a lo mejor sí y te sorprenden. Pero es que se dedican al deporte y no quieren entrar en ningún otro sitio. Y hay que respetarlos. Nos encantaría que todas las celebridades de este país salieran y gritaran… Pero es que hay gente que no quiere. Y hay que respetarlos. Javier Bardem es más guerrero. Para mí, como actor es una bestia. El talento le sale por los poros. Yo me quedo con eso. No quiero ir más allá. Yo en ese sentido voy out, soy pasota.

-¿Alguna vez le han llamado subvencionado?

-No. A lo mejor me lo llamarán, pero no estoy tan expuesto como los Bardem.

-¿Le preocupa convertirse en divo?

-Me considero normal.

-Pero si en lugar de la Academia estuviéramos ahora en una cafetería, no podríamos hacer esta entrevista.

-Hombre, sí podríamos, pero nos iban a molestar. Depende de dónde vayas. Tienes que respirar y aprender a disfrutar de esa gente que te saluda. A veces lo pasas mal y te saturas. Pero acabas aprendiendo, porque dentro de unos años ya no será así.

-Usted se ha ganado la vida como telefonista.

-También he sido carpintero. ¿Sabe qué? He conocido a muchos divos que no son actores y que son gente de la calle. Los actores lo único que queremos es trabajar y hacernos un hueco.

-Este año se ha ganado unas vacaciones. ¿Las tendrá?

-Sí, unas semanitas. Me apetece estar con amigos y reírme. Vivo en El Escorial y allí también tomo el sol, hago barbacoas…

-¿Vive con sus padres?

-Sí.

-Permítame la broma, pero ¿no le llega para independizarse?

-Es que no quiero irme. Somos muchos en casa, somos una piña. Tengo una hermana y dos hermanos más pequeños. Ninguno quiere que los otros se vayan.

-Perdone, antes ha dicho que ha sido carpintero…

-Mi padre es constructor, pero antes era carpintero y en los veranos me iba con él para trabajar.

-Ahora no tendrá problemas económicos.

-Es difícil decir si tienes o no problemas económicos. Está todo muy mal. Además, ya no se cobra lo que se cobraba antes. Tengo amigos que llevan años cobrando muy poco.

-¿Tiene cabeza para ahorrar?

-Cada vez más. Me lo inculcaron cuando empecé a currar en esto.

-¿Qué haría si le legara el guion de Madrid 1987 [película artesanal de David Trueba protagonizada por su pareja, María Valverde]?

-Bueno, me acaba de llegar uno de Marcelo Piñeyro: Ismael. Es un cuento maravilloso.



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