El estreno de Manolete vuelve a reabrir el debate sobre otra de las películas que lleva tiempo guardada en el cajón a pesar de su alto atractivo para el público. La Mula, una cinta que cuenta la historia de la Guerra Civil Española desde el lado nacionalista, fue rodada en 2009 y todavía no ha visto la luz. Las razones, sin embargo, parece que se encuentran a lados contrarios del ring.
Desde la productora Gheko Films se acude al término “censura”. Alejandra Frade, productora de la película, acusa directamente al Ministerio de Cultura como el causante del retraso en el estreno de su cinta.
Como antecedentes, hay que tener en cuenta que toda película debe ser clasificada por el Ministerio antes de su exposición ante os espectadores. El Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales es el encargado de esta clasificación. Según Frade, el Instituto se negó a ejecutar esta acción y la película recibió una clasificación automática. La productora señala a Ignasi Guardans, director del Instituto en ese momento, como el encargado de demandar esta acción, suspendiendo la película hasta que el juez dictase sentencia.
Ignasi Guardans, sin embargo, cree que siguió “la ley y los convenios internacionales”. “Fueron escuchadas todas las partes en España y fuera”, declara Guardans. “Fue una decisión estudiada, documentada y razonada. Yo apliqué la ley y los criterios de coproducción”.
La película fue descrita como “dañina para el interés público”. Su estreno estaba parado y Frade cree que los argumentos de Guardans y de la subsecretaria de Cultura en ese momento, Mercedes del Palacio, “no son válidos”. “Se trata de una acción de personas extremistas”, opina Frade. “Los protagonistas son soldados nacionales, pero no es un alegato franquista. Sería absurdo”.
Guardans, sin embargo, admite que esta decisión es tomada por RTVE, tres máximos responsables de tres gobiernos distintos, el servicio jurídico del ICAA, la agencia de cine del Consejo de Europa y un juez inglés”, todo alejado de una opinión individual.
Parece que la lucha se encrudece paso a paso. Ignasi Guardans cree que Frade se tomó esta decisión como un ataque “personal”. “Hay una querella desestimada dos veces y una página de Facebook insultándome durante dos años”, declara Guardans. El exdirector del Instituto alerta que Fabra nunca ha intentado “recurrir a los tribunales administrativos para cambiar la decisión con argumentos”.
El cambio de Gobierno, un nuevo contexto
Alejandra Frade explica que su acceso al Ministerio de Cultura estuvo prohibido durante mucho tiempo. Según la productora, ella se reunió con Guardans mientras el PSOE gobernaba. A partir de ese momento, se le denegó el acceso al edificio desde seguridad. Para Guardans, toda esta historia es “mentira”. “Si te ponen una multa, el recurso no se hace llamando al Director General de Tráfico”.
Frade, sin embargo, cree que “la situación ha cambiado drásticamente desde que el nuevo Gobierno ha entrado en el poder” y asegura que el equipo implantado está intentando solucionar el problema.
Las deudas, su punto en común con ‘Manolete’
Alejandra Frade sigue intentando defender su historia. “Los bancos no me dan crédito para nuevos proyectos”, declara. “Tengo deudas que quiero pagar, pero sólo se solucionaría si estrenase la película, admite. Según Fabra, cuenta con una declaración de Susana de la Sierra, sucesora de Guardans, en la que queda demostrado que su caso está siendo estudiado.
Una cinta con un alto atractivo para el público
La Mula cuenta con un contenido que podría resultar muy atractivo en las salas. Lo primero, sus protagonistas. Mario Casas y María Valverde, pareja de moda, son los rostros principales de la cinta. Y, al menos ahora, se sabe que todo lo que toca Mario Casas se convierte en objeto de deseo de los más jóvenes y en dinero para los productores.
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